lunes, 12 de julio de 2010

Hay 153 escalas salariales en la administración pública del Perú

Francisco Longo, especialista en gestión
Por: Mariella Balbi
Lunes 12 de Julio del 2010
Usted es un experto en administración pública, en reforma del Estado. ¿Cuál es el sistema ideal: el Estado que funciona como reloj suizo?Podría tener algunas cosas de Suecia, de Canadá y de Nueva Zelanda.
¿Por qué?Los países que menciono tienen una gran capacidad técnica, y una administración es una maquinaria al servicio de un Estado. Capacidad técnica no solo es infraestructura apropiada, computadoras, sistemas, sino principalmente capital humano calificado, talento. Pero no basta el talento técnico, buenos profesores, ingenieros de caminos, arquitectos, etc. Se requiere también capacidad de gestión, ser eficiente. Hace falta tener buenos gerentes. Y no todos pueden serlo. Una buena parte del éxito de las empresas modernas es que han tenido buenos directivos. La administración se inventa en el Estado liberal, cuando este tiene que brindar bienes y servicios: salud, educación, caminos. Pero el esquema de administración estaba pensado para jueces, inspectores de tributos, de los que, fundamentalmente, se necesita que sean imparciales, probos; independientes de criterio. Sin embargo, ese modelo se aplicó a todas las prestaciones del Estado y el déficit de gestión se ha mantenido durante muchísimos años.
¿El Estado se puede administrar con una mentalidad de empresa?No. No sugiero eso. Ni siquiera se puede importar instrumentos de las empresas porque la mayor parte de estos hay que adaptarlos al sistema público para que funcionen bien. Pero sí hay que dotar a la administración estatal de capacidad gerencial. O sea, gente que se eche a la espalda la responsabilidad de que la administración produzca resultados. Un área que funciona mal en todos los países es la educación. A los maestros se les debe exigir que dominen su materia y que tengan habilidades pedagógicas. Pero si nadie piensa en los resultados del sistema educativo, en evaluaciones, en monitoreo, no está garantizado que el sistema funcione bien. En España hay miles de centros escolares donde los maestros hacen lo que quieren. Algunos, si pueden, se desenvuelven bien, otros manejan técnicas obsoletas. Hace falta la gestión para darle cuerpo a los servicios públicos.
Usted ha dicho que la administración pública peruana le parece desordenada.La información que tengo es que hay multitud de distintos regímenes de empleo —153 en concreto— aplicados a trabajadores que en principio se parecen bastante entre ellos. Se nota un exceso de fragmentación. Que exista diversidad en la administración es lógico, pero debe contar con una buena coordinación y organización, además de tener los elementos de cohesión necesarios.
Ordenar nuestra administración es una tarea titánica…La pregunta no es tanto qué haces con la cantidad de regímenes salariales, porque desde el punto de vista técnico no hay mucho secreto. La cuestión es cómo convences a los políticos de que inviertan tiempo y energías en algo que difícilmente les dará votos.
Esa es la verdad de la milanesa, como se dice.Claro. Cuando hay políticos que llegan al poder con una visión de Estado, con algo más que solo permanecer unos años en este, que quieren realmente hacer algo por su país y que además se rodean de un equipo valioso, entonces se hacen las reformas. Para vencer las resistencias hay que tener poder, es indispensable. Una administración mediocre se defiende porque se ve amenazada. Se requiere voluntad política, liderazgo y talentos.
Para tener talentos en la administración estatal hay que pagar bien.Sí. No se necesita pagar mucho más que las empresas, el servicio público en sí tiene un atractivo. Hay gente a la que le motiva más comprometerse para mejorar su país, que para incrementar en un céntimo el margen de ganancia de una bebida gaseosa. Al menos lo eligen por un tiempo.
¿Cuántos regímenes salariales debería tener la administración pública peruana teniendo en cuenta que hay un millón de empleados públicos?Las escalas salariales se establecen en función de la diversidad de los trabajos, no tanto respecto del número. Seguramente, para un millón de empleados, tener 25 escalas es razonable, pero contar con 200 es una cierta locura. También el pretender tener una o dos. En el Perú hay 153.
¿Usted es partidario de que exista una escuela nacional de administración pública?Es cierto que el médico, el profesor que pasa a administrar requieren de una capacitación. ¿Se la tiene que proporcionar una escuela de administración pública? Depende. Si en el país se tiene universidades, centros que ya proveen ese tipo de enseñanza, hay que aprovechar lo que el mercado ofrece. Yo trabajo en una escuela de dirección de empresas, que está entre las primeras en el mundo, que forma directivos. Hemos aprendido que muchas cosas se aprenden con la experiencia. Por ejemplo, enseñar a gestionar conflictos es mucho más fácil aprenderlo cuando ya se han vivido algunos. Conozco en América Latina intentos por resolver el problema creando una escuela y luego esta se convierte en una burocracia que reproduce el saber existente, en lugar del cambio o la reforma. Y hay que contar con docentes apropiados, no tiene sentido construir un museo cuando no tengo una colección.
La imagen del funcionario peruano es de alguien que no encontró trabajo en otro lado y que entra por vara.El empleo público tiene que ser meritocrático, con pruebas creíbles de que no sean un fraude. Si no el funcionario le debe su puesto al político y no tiene la independencia de criterio para ejercer su labor cabalmente. Una empresa que trabaja bien no emplea al primo o al hermano, hace procesos abiertos. En el Perú hay cero meritocracia en el empleo público, pero no es privativo de este país.
¿En América Latina existe la meritocracia?Hay bases meritocráticas en tres países de los 22. Son Brasil, Chile y Costa Rica. Sin ser sistemas perfectos en este punto, sí tienen estándares aceptables. En el resto de países algunos no hacen nada y otros, como el Perú, están intentándolo. Es una buena noticia que Servir se aboque a la administración pública, teniendo en cuenta que la sola creación de una institución no es una garantía. A veces puede significar más burocracia. Lo importante es el proyecto que hay detrás de Servir: profesionalizar el empleo público, inyectar gerencia pública en el sistema.
Servir tiene un año y medio de funcionamiento.El futuro de Servir está en tener más influencia, no más poder. Más importante que este último es la capacidad para cambiar comportamientos.
Servir puede dar la sensación de que es un plan piloto permanente…Que recién tiene un año y medio. Si tuviera 10 años diría que no puede ser un plan piloto permanente. Creo que hay que darle tiempo porque la reforma del Estado es algo muy complejo. Es más un proceso de aprendizaje que uno de laboratorio, que se programa con una máquina. Los gerentes públicos de Servir son una operación piloto que sirve para poner el tema en la agenda, para que las organizaciones que los contratan se beneficien y para que Servir se acostumbre a gestionar los procesos que “fabrican” gerentes públicos. Es un saber técnico que no existía. En el futuro Servir tendrá que repensarse y refundarse a medida que el proceso avance.
Gerentes públicos, evaluación de funcionarios, ¿Servir no está abarcando mucho?Hasta ahora van bien y el diseño es bueno. Aún no pueden sentarse a pensar. Servir responde a una visión pragmática de las cosas, pese a que los latinos somos retóricos.
¿El siguiente paso de Servir sería plantear una escala remunerativa?Antes o después habrá que ordenar el empleo público a través del diseño de los puestos de trabajo, un organigrama. Valorar eso y asignarle una remuneración. Pero antes que nada se requiere tener un registro de todos los empleados públicos
Parece que Servir ya consiguió el presupuesto para ello…Sí. Es indispensable, es una información que muchas veces no se tiene. La meritocracia se debe respetar, seguramente hay una ley pero no se cumple. En general a los partidos políticos no les suele gustar la selección por méritos, siempre ponen a los suyos. Pero aunque se acepte la meritocracia, se requiere a la gente que sepa seleccionar, que tenga credibilidad, que domine las técnicas, los instrumentos adecuados.
¿El presupuesto por resultados motiva a la institución pública a ser más eficiente?Yo creo más en la gestión por resultados y en de la evaluación de estos. Pone más el acento en lo que se consigue. La empresa vive de los resultados, las organizaciones estatales también deberían hacerlo.
LA FICHA
Francisco LongoProfesión: Licenciado en Derecho. Experto en gestión pública, gestión estratégica de recursos humanos y gobierno local.Cargo: En España es profesor y director del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de Esade, institución reconocida en la formación de directivos de empresas.

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